miércoles, 22 de octubre de 2008

1.15

Aparco el carro… un día de trabajo mas y todavía seguía pensando en el, ni una llamada, nada!! Se iría de viaje con su nueva muñeca? No… no era su forma o no al menos tan fresco el afer, bajo del carro, su tacos la mataban sentía que todo en ella ardía y dolía.

El saludo de buenas noches del vigilante al llegar al lobby, sonó como un zumbido, llevaba los tacos en la mano, ya a estas horas el ser bella se limitaba a su cuerpo, los aditamentos y accesorios pesaban cual condena sobre sobre su cuerpo, en el camino de subida en el ascensor, retiro de si toda ropa, lo único que revalidaba al final del día su extenuante vida era el lujo y confort que podía pagar, esto sumado a las cuantiosas cantidades de dinero que Daniel giraba en su cuenta hacían que su vacía y lujosa vida cobrara sentido.

Llego con todo en mano, llaves, tacos, el blazer, las cartera, todo sin mas que ropa interior sobre ella, al pasar el recibidor de su Penh house, vio un sobre negro sobre la repisa de cristal que daba por terminado ese espacio, retomo pasos hacia atrás y tomo el sobre en sus manos, extrañamente olía a Daniel, lo llevo consigo a su habitación, cualquier cosa que viniese de el lo abriría después de tomar un baño…

La tina ya estaba preparada, fragancias, rosas y velas y el sobre impregnado de el sobre el borde esta, destapo una botella de especial cosecha, regalo de Daniel en una isla Griega que ahora no tenia en mente, se entrego al tibio y embriagante olor del agua sobre su cuerpo, al sabor casi Zigsajeantre del espumoso Vintage en su paladar y a la traviesa mano que se perdía entre sus piernas, pensaba en su mentón ancho y raspante, su boca experta, su anchos hombros su torso poderosos, todo bajando en su abdomen delicado de hembra en celo, mientras ella arqueaba la espalda imaginaba que la rosada boca de Daniel comía su ya excitado fruto, su fuente de placer, su acceso al lujo….

Grito, gimió, llego subió y bajo, maldijo que su placer personal llevase también la etiqueta de Daniel, pero por primera vez un hombre rebasaba la barrera del placer vació, a la pasión desenfrenada, giro su cabeza en pos de recibir un poco de aire fresco, al mover la mirada el sobre entro en su rango de vista, salio de la tina totalmente desnuda con suaves espumas resbalando de sus contornos perfectos y firmes.

Paso sus manos sobre la toalla para no mojar el sobre, lo tomo, olió ese perfume que quería y odiaba y procedió a sacar la carta de su interior.

Querida y deseada Deborah:

Después de tu desenfrenado y atrevido acto de hace unos días, me he visto en la obligación de retirar mi persona de la tuya por un tiempo, no pretendo dar muchas explicaciones sabes que no tengo el tiempo.

Me tome la real molestia de comunicarme con el comité de mercadeó y gerencia y pedir que se te traslade conjuntamente con todo el movimiento de marcas. Por supuesto mi bella dama se que esto desprenderá medidas un tanto caóticas en ti, no pretendas buscarme por que estaré en Tokio, dando los últimos toques al contrato de manufactura, solo acepta las dediciones de quien maneja tu destino…

Att: Lic. Sebastián Daniel Buti Avalos.

No podía, no asimilaba tal conducta, tiro el sobre por los aire, Daniel no sabia quien era ella, no sabia de lo que era capaz, no sabia que tras su huellas había traiciones y casi muertes, que ella lograba elevar su maldad mas allá del ser, tomo la bata de seda de la cama, partió al ventanal del Penh house, lo abrió por completo tomo un cigarro de la cómoda y lo predio, querría que fuese Daniel mismo que se quemara y no el cigarrillo.

Tranquila Deborah, se dijo a si misma, tomo un largo sorbo de humo, hasta que la nicotina llegara a su cerebro, comenzó a pensar en los puntos débiles del grupo, en los puntos que necesitaban sostenibilidad, Daniel con toda su experiencia sexual, no sabia que una mujer como ella era capaz de sacudir el mundo por su simple calidad de libre, era que no sabia de historia no sabia de que fue capaz Cleopatra o Ana Bolena, no ella no seria la excepción, tenia mas belleza que ambas y contaba con una época más abierta menos cautelosa al mal llamado mujer….

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